¿Por qué tu cerebro quiere etiquetarlo todo?

– Trastornos del estado de ánimo & Inteligencia emocional –

¿Qué somos? Las etiquetas.

No es lo mismo una cena que una cita. Cenar como tal puede ir rodeado de intenciones y expectativas que solo se olerán si le llamas cita. Pero ¿para qué poner etiquetas? Voy a intentar que te quedes con 2 puntos:

1. ¿Para qué quiere etiquetarlo todo tu cerebro?

Tu cerebro es adicto a ahorrar energía. Gasta menos energía en sus circuitos neuronales si se basa en cosas que ya sabe, por eso le encanta andar colgando etiquetitas a las cosas que aprende. Le sirven para saber cómo relacionarse con el mundo o que esperar de él.

El ser humano en la sociedad occidental convive con una elevada tendencia al estrés, al miedo y, por tanto, a la ansiedad. El ritmo de vida que llevamos no ayuda. Es por eso que el cerebro, para ahorrarse incertidumbre y añadir la predictibilidad que tanto le gusta acaba prefiriendo poner una etiqueta.

Ahora ya no eres una persona que sale a correr, eres runner y si de repente me dejas responder me has hecho ghosting. Si eres pro Justin Bieber eres Believer y si eres del Español eres perico. ¿Eres pijo, hippie, pihippie, traper, urban, alternativo? ¡Posiciónate, que mi cerebro sepa quién eres y qué opinas! Así cree que puede predecir que vas a hacer o que tipo de persona eres.

Nos encanta poner nombres, y al parecer nos está gustando lo de hacerlo en inglés. Como ves, lo hacemos en todo momento y nos facilita crear un conjunto de suposiciones alrededor de la etiqueta y, aveces, porque no llamarlo pre-juicios.

2. Es normal que tengas la necesidad de poner etiquetas

Hay gente que vive las relaciones desde una seguridad absoluta, pero no es nada fácil hoy en día ser un ser de luz que vive en paz 24/7. Las inseguridades, el auto desconocimiento y las autoestimas frágiles son muy comunes así que muchas veces vivimos las relaciones desde el miedo.

Etiqueta como remedio al miedo

También etiquetamos las relaciones entre personas, como buena especie social: mamá, papá, cuñado, amiga, hijo, desconocida, etc. Cada palabra te lleva a algo y seguro que me dirías rápidamente tres cosas que esperas o presupones de cada tipo de relación.

Conclusión

Aunque a veces nos de miedo pedir a la otra persona una etiqueta o el famoso «qué somos», empecemos por entender de donde nos nacen estas ganas de nombrar o etiquetar la relación y empatizar con ello. 

Vemos entonces que es normal que, después de cierto tiempo, quieras saber qué esperar de la relación que mantienes, sea del tipo que sea. No significa que lo que definamos sea crónico e inamovible (creencia que agobia a mucha gente… ¡hola alérgicxs al compromiso!), solo es una  referencia que puede serte útil y no está mal que la prefieras si te sientes más cómodo/a.

Si el conjunto de factores te resultan familiares a nivel individual o en una persona conocida, no dudes en hacer un primer paso y contactarnos .

Alejandra Fossas psicóloga Psicotet

Alejandra Fossas – Psicóloga de Psicotet

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