¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?

– Trastornos del neurodesarrollo –

¿Qué es el Trastorno del espectro autista (TEA)?

El Trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.

¿Cuáles son los primeros síntomas del TEA en la infancia temprana?

Muestran diferencias en el desarrollo cuando son bebés, especialmente relacionados con sus habilidades sociales y del lenguaje.

Debido a que por lo general se sientan, gatean y caminan a tiempo, con frecuencia algunas diferencias obvias en el desarrollo de los gestos, juegos de simulación, el lenguaje y las destrezas sociales pasan desapercibidas.

Además de los retrasos en el habla y las diferencias de comportamiento, las familias podrían notar algunas diferencias en la forma como su hijo se relaciona con sus pares o niños de su edad.

Signos identificativos del TEA en la infancia temprana

Aunque el diagnóstico debe realizarlo un profesional de la salud mental, seguidamente os mostramos una serie de semiología identificativa, que se puede observar en niños y niñas con esta alteración en el neurodesarrollo.
Para puntualizar, cabe recalcar que nunca habrá dos niños con TEA iguales, y que la esfera del autismo es muy amplia, va desde pequeños bloqueos incapacitantes o desadaptativos, como las rutinas cuadriculadas inalterables, hasta lo que se denomina “TEA de bajo rendimiento” que puede cursar con discapacidad intelectual severa, e imposibilidad de verbalización, y que las observaciones de este artículo van orientadas al TEA de “alto rendimiento” lo que antiguamente se llamaba “Síndrome de Asperger”.

Diferencias sociales de niños con autismo:

    • No mantiene contacto visual o establece muy poco contacto visual.
    • No responde a la sonrisa ni a otras expresiones faciales de los padres.
    • No mira los objetos ni los eventos que están mirando o señalando los padres.
    • No señala objetos ni eventos para lograr que los padres los miren.
    • No lleva objetos de interés personal para mostrárselos a los padres.
    • No suele tener expresiones faciales adecuadas.
    • Es incapaz de percibir lo que otros podrían estar pensando o sintiendo al observar sus expresiones faciales.
    • No demuestra preocupación (empatía) por los demás.
    • Es incapaz de hacer amigos o no le interesa hacerlo.

Diferencias de comunicación en los niños con autismo:

    • No señala cosas para indicar sus necesidades ni comparte cosas con los demás.
    • No dice palabras sueltas a los 16 meses.
    • Repite exactamente lo que otros dicen sin comprender el significado (generalmente llamado repetición mecánica o ecolalia).
    • No responde cuando lo llaman por su nombre pero sí responde a otros sonidos (como la bocina de un automóvil o el maullido de un gato).
    • Se refiere a sí mismo como «tú» y a otros como «yo», y puede mezclar los pronombres.
    • Con frecuencia no parece querer comunicarse.
    • No comienza ni puede continuar una conversación.
    • No usa juguetes ni otros objetos para representar a la gente o la vida real en los juegos simulados.
    • Puede tener buena memoria, especialmente para los números, las letras, las canciones, las canciones publicitarias de la televisión o un tema específico.
    • Puede perder el lenguaje u otros logros sociales, generalmente entre los 15 y 24 meses (que con frecuencia se denomina regresión).

Diferencias de comportamiento (conductas repetitivas y obsesivas) en un niño con autismo:

    • Se mece, da vueltas, se balancea, se tuerce los dedos, camina en la punta de los dedos de los pies durante largo tiempo, aletea las manos (comportamiento llamado «estereotípico»)
    • Prefiere las rutinas, el orden y los ritos; tiene dificultades con los cambios o la transición de una actividad a otra.
    • Se obsesiona con algunas actividades inusuales, que hace de forma repetitiva durante el día.
    • Juega con partes de los juguetes en lugar del juguete entero (por ejemplo, le da vuelta a las llantas de un camión de juguete).
    • Parece no sentir dolor.
    • Puede ser muy sensible o no tener sensibilidad alguna a los olores, sonidos (ruidos), luces, texturas y al tacto (contacto).
    • Mira o contempla de forma inusual, mira a los objetos desde ángulos poco comunes.

Si el conjunto de indicadores de TEA descritos te resultan familiares a nivel individual o en una persona conocida, no dudes en hacer un primer paso y contactarnos.

Raúl Sánchez psicólogo Psicotet

Raúl Sánchez – Psicólogo de Psicotet

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